Ganadores 2º Concurso de narrativa Infantil: Cuenta tu Historia Navideña

Costanera Norte por noveno año consecutivo realiza un concurso navideño en conjunto con los establecimientos de la I. Municipalidad de Renca.

Este año correspondió a su segundo concurso de cuento infantil ilustrado, donde participaron 14 establecimientos de educación básica, cursos de 3º a 7º básico.

Felicitaciones a los ganadores!

Primer Lugar
Daniela Díaz Torres
Cuento: Lluvia de Estrellas
Establecimiento: Escuela N°1344 Lo Velásquez

Segundo Lugar
Felipe Plaza Levipan
Cuento: Una Flor llamada navidad
Establecimiento: Montserrat Robert de García

5 Menciones Honrosas
Gabriel Aguilera Robles
El Mejor Lugar del Mundo
Montserrat Robert de García

Nelson Donoso Barahona
El deseo de navidad
General Alejandro Gorostiaga Orrego

María José Muñoz Anavalon
Una Historia de Navidad
Isabel Le Brun

Anais Honore Valenzuela
El niño que aprendió el significado de la navidad
General Manuel Bulnes Prieto

Karina Bruna González
El Día de Navidad
Escuela Santa Juana de Lestonnac

«EL MEJOR LUGAR DEL MUNDO»

Había una vez, un perrito que se llamaba Tomy, que vivía en una casa grande y muy hermosa junto a su amo Finiars. Tomy no era completamente feliz, porque estaba cansado de seguir las reglas de su amo. Todas las mañanas observaba por la ventana, como varios perritos jugaban en el parque y él soñaba con hacer lo mismo. En algún momento pensó que Finiars no lo quería porque sentía que sólo
era una mascota pero él quería ser su amigo.

Un día, mientras observaba jugar a los perros en la calle, se dio cuenta que la puerta estaba abierta. Sin pensar decidió arrancarse de su casa.

Muchos días estuvo viviendo en la calle junto a sus amigos y Kuky, una perrita que se convirtió en su polola. Tomy era feliz, pero extrañaba mucho a su amo y logró valorar los cuidados y el cariño que él le entregaba.

Finiars busco por muchos días a Tomy y él también se sentía solo sin la compañía de su perro.

Kuky acompaño por harto tiempo a Tomy hasta que le dijo que se iría a vivir a una casa muy hermosa junto a una familia. Él siguió su vida recorriendo las calles de la gran ciudad.

Cuando llegó la navidad estaba muy triste y recordaba el hermoso árbol que todos los años tenía su amo, la comida rica que le preparaba, que siempre lo sorprendía con un regalito y lo que más extrañaba era jugar con Finiars.

Al tiempo, Tomy fue capturado por una perrera y la vez entrenado para ser perro policial.

Al pasar un año, durante la Nochebuena, el perro fue junto a unos policías a una casa a capturar unos ladrones. Al llegar, vio a su amo que estaba en peligro.

Rápidamente Tomy se lanzó sobre el ladrón y logró rescatar a Finiars.
En ese momento, comprendió que el mejor lugar del mundo, era vivir con su mejor amigo. Tomy fue feliz en su casa y a la vez se convirtió en un gran guardián.

Alumno: Gabriel Alexis Aguilera Robles.
Curso: 6°A
Edad: 11 años
Escuela: Montserrat Robert de García.
Profesora: Jeannette Verónica García Mancilla.


«EL NIÑO QUE APRENDIÓ EL SIGNIFICADO DE LA NAVIDAD»

Había una vez un niño que se llamaba Patricio. Patricio tenía 8 años de edad y vivía solo con su madre Ana. Y a pesar de que siempre celebraba la navidad con su familia no lograba entender cuál era el sentido real de la navidad.

Hasta que un día le preguntó a su mamá cuál era el significado de la navidad. La mamá se quedó pensativa para encontrar la respuesta apropiada para su hijo, pero decidió no darle una respuesta, más bien le contestó que debía averiguarlo él mismo, porque cada persona crea su propio significado de la navidad. Patricio quedó un poco desconcertado con la respuesta de su madre por lo que le volvió a
preguntar, cómo lo podría hacer. La madre le dice que debe descubrirlo solo.

Patricio sentía mucha curiosidad. Y como es costumbre, todos los años al acercarse esta fecha, desde muy temprano comienzan a dar comerciales y las tiendas comerciales están llenas de adornos navideños. La primera conclusión que sacó fue que se debe adornar las casas de forma especial. Al conversar con sus compañeros les preguntaba que les gustaba más de la navidad, la mayoría le
contestó que lo que más les gustaban de la navidad eran los regalos, pues eran deseos cumplidos a lo que ellos pedían. Segunda conclusión que logró obtener Patricio de esa conversación fue que se piden regalos y son concedidos.

Hasta que un día en una clase de religión, comenzaron a trabajar el tema de la navidad. Patricio estaba atento a cada detalle que su profesora hablaba. Tercera conclusión la celebración de la navidad es un recordatorio al nacimiento de Jesús quien nación en un pesebre humilde, siendo el hijo de Dios.

Pero aun no lograba entender el porqué de los regalos y quiénes son los que se merecen los regalos. Hasta que un día viendo televisión vio un comercial en el cual un hijo con mucho empeño, trabajo y dedicación le hace un regalo a su madre. Y desde ese momento entendió que los regalos es una manera de agradecer todo lo bueno que nos pueden, y quien más se lo podría merecer, más
que su madre.

Faltando dos días para la navidad, comenzó a trabajar arduamente, preparándole una linda tarjeta con arreglos florales que recogía de los jardines. En esa noche estaba emocionadísimo porque por primera vez sintió que estaba haciendo de esa navidad algo especial. Cuando le entregó esa linda tarjeta, la madre se emocionó mucho y le agradeció su bello gesto y la madre le confesó que el mejor regalo que pudo recibir en la vida fue él.

Alumno: Anais Elizabeth Honore Valenzuela.
Curso: Tercero básico
Edad: 9 años
Escuela: General Manuel Bulnes Prieto E-315.
Profesora: Leticia Pilar San Martín Sanhueza.


«LLUVIA DE ESTRELLAS»

Hace mucho tiempo en un pequeño pueblo rural, llamado Campaña de
Tacna, casi no había casas, y lógicamente muy pocas personas vivían allí, sin embargo, cuando alguien llegaba a ese lugar se sentía acogido, la gente era muy cariñosa, amable y gentil.

Un día de luna llena, y al caer la noche, los habitantes del pueblo,
pudieron observar que caían muchas estrellas. La mayoría de los lugareños decían que era el fin del mundo. Algunos rezaban, otros huían y se refugiaban en sus casas, pero finalmente no era así, se trataba de una particular lluvia de estrellas. De pronto entre el alboroto, se sentían unos gritos de auxilio, la gente salió de inmediato de sus casas para ver de qué se trataba, y grande fue su sorpresa cuándo vieron a las estrellas decir: Ayuda, ayuda, ayúdennos, por
favor, necesitamos subir al cielo que es nuestro hogar.

De entre la multitud apareció una niña, diciendo: Yo creo saber cómo
ayudar a las estrellas. Cada uno de nosotros haremos un pino, bien adornado, con guirnaldas y luces multicolores, luego los iremos uniendo, formando así un gran árbol navideño que toque el cielo, y así las asustadas y tristes estrellitas podrán trepar y volver a su casa.

Al día siguiente los habitantes del pueblo se encontraron en la Plaza de
Armas, armaron un inmenso árbol navideño, una vez terminado, se fueron a sus hogares, con la esperanza que esta idea, le permitiera recuperar el hogar a las estrellas.

La noche pasó rápido, y al amanecer, se encontraron con una gran
sorpresa, las estrellas aún brillaban en el firmamento, y en el árbol de navidad habían muchos regalos y una carta, que decía: Les dejamos estos regalos por la generosidad de ayudarnos a recuperar nuestro hogar. Con mucho cariño se despiden las estrellas del pueblo Campaña de Tacna.

Desde ese día todos los 25 de diciembre, el pueblo celebra El Nacimiento de Jesús y La navidad de Las Estrellas, construyen un hermoso pesebre y un árbol navideño adornado con miles de estrellas.

Autor: Daniela Beatriz Díaz Torres
Edad: 10 Años
Curso: 4° Año «B»
Escuela: N° 1344 «Lo Velásquez»
Profesor: Ariel Morales


«EL DESEO DE NAVIDAD»

Había una vez un niño llamado Eduardo que le gustaban todas las fiestas como por ejemplo: día de la mamá, los cumpleaños de sus familiares, fiestas patrias, día del niño y día del papá. Pero la que más le gustaba era la fiesta de navidad, le encantaba decorar el árbol de navidad, colocar luces de colores por toda la casa, cocinar queques con forma de pino y colocarle merengue.

Ansioso y deseoso espero por navidad los meses pasaron y ya faltaban pocos días. Al faltar un día para navidad el niño estaba muy ilusionado, ya que, este año se propuso conocer al viejo pascuero, puesto que cada año al llegar media noche se quedaba profundamente dormido. Este año paso algo distinto sus padres no pudieron comprar un árbol de navidad, así que Eduardo pensaba que el viejo pascuero no pasaría por su casa. A las 23:30 horas, Eduardo se junto con sus
amigos y salieron a pasear por la costanera mientas estaban atentos si venía el viejo pascuero, algunos decían que venía por la costanera en un auto último modelo, otros niños decían que la costanera la utilizaría de aeropuerto para dejar sus renos, la hora avanzaba y no veían nada de nada. Cerca de las 24:00 horas, los niños decidieron volver a sus casas, Eduardo camina lento con pena, deseaba llorar y pensaba que su deseo de navidad no se volvería a cumplir.

Al llegar a su casa abre la puerta lentamente y queda asombrado, sus
padres habían armado un árbol de navidad con mucho esfuerzo y preparado una rica cena, Eduardo los abraza tan fuerte que todos lloran, comen felices y disfrutan de villancicos, cuando de repente golpearon la puerta fuerte muy fuerte, sus padres y él corren a abrir y para su sorpresa era él, si él mismo viejo pascuero, Eduardo lo abrazo hasta no poder más, llora, salta y grita de felicidad, el viejo pascuero abre su enorme saco rojo y le regala una autopista de autitos y una bicicleta, el niño no lo podía creer su deseo de navidad se había hecho realidad.

Esta tan contento que comenzó a jugar con sus juguetes nuevo, de repente comienza a escuchar su nombre Eduardo, Eduardo, y una dulce voz que decía hijo debes despertar tienes que ir al colegio, todo había sido un dulce sueño, ya que, aún faltaban meses para navidad, pero aun así Eduardo fue feliz durante todo el día porque aunque haya sido en sueños habla cumplido su deseo.

Nombre: Nelson Donoso Barahona
Edad: 10 años
Curso: 4° año A
Profesora: Nataly Olivo Navarro
Escuela: General Alejandro Gorostiaga Orrego


«UNA FLOR LLAMADA NAVIDAD»

Érase una vez, un pueblo llamado «Maldadoso». En este lugar las personas se dedicaban a pelear, insultarse y engañarse entre sí.
Ricardo, un niño de 12 años, todos los días se paseaba observando a la gente. Él vestía ropa sencilla, era muy amoroso, pero su rostro demostraba una profunda tristeza.

Un día, escucho una vocecilla que le dijo: Yo sé que estas triste, porque observas todos los días, a la gente de tu pueblo destruirse con tanta maldad. Si quieres salvarlos, tendrás que ir a la montaña más alta del mundo. Ahí encontrarás una flor amarilla llamada «Navidad», que sólo florece una vez en el año.

Ricardo con la fortaleza y energía que lo caracterizaba decidió partir a la montaña.

Durante muchos días sufrió hambre y frio. Al llegar, vio una hermosa flor, y al tocarla suavemente, una vocecilla le dijo: Por encontrar la flor, tienes la posibilidad de pedir un deseo, el que tú quieras.

Ricardo pensó en recuperar a su padre, quien estaba perdido hace dos años. Por unos segundos, se quedó en silencio y dijo: yo vine a salvar a mi pueblo y mi deseo es que crezca el amor en las personas y seamos felices.

En ese momento, el niño se cayó de la cima de la montaña con la flor en sus manos y lo sostuvo en sus brazos, un nombre. Al darse cuenta que era su padre, lo abrazó y lloró de alegría en su hombro
Desde ese día en el pueblo: surgió el amor, fueron todos muy felices, decidieron llamar a su pueblo «Navidad» y celebraron Nochebuena todos alrededor de un inmenso árbol.

Alumno: Felipe Andrés Plaza Levipan.
Curso: 5°A
Edad: 11 años
Escuela: Montserrat Robert de García.
Profesora: Jeannette Verónica García Mancilla.


«El DíA DE NAVIDAD»

Un día desperté en la mañana con mi mamá, mi hermana y mi abuela, hicimos la cama y bajamos a desayunar. Luego nos vestimos y yo salí a jugar, mi mamá se quedó lavando la loza, mi hermana chateando y mi abuela sentada en el sillón viendo televisión.

Jugamos a la escondida con mis amigos, luego me llamaron a almorzar, me fui a lavar las manos y me senté en la mesa a comer. Después me senté a ver televisión: los Simpson y Alfombra Roja.

En un rato, se hizo de noche y mi mamá me llamó para bañarme, luego me coloqué la ropa nueva y me peiné. Después armamos el árbol de navidad con mi tío, mi mamá puso velas y cenamos pollo en familia.

Mi mamá nos asustó, diciendo que no íbamos a tener regalos, así es que mi tío nos llevó a comprar dulces, luego de comprar ya de vuelta a casa, nos dimos cuenta que un montón de personas miraban el cielo y cuando miramos hacia arriba vimos una luz que pasó muy fuerte.

Cuando entramos a la casa estaba la luz apagada, pero de pronto encendimos las luces y estaban todos los regalos al lado del árbol y mi mamá nos dijo: ¡¡Feliz Navidad hijitas!! Y nos pusimos muy felices.

Al otro día, me levanté, me vestí y salí a jugar con mis regalos, hasta las cinco de la tarde, nos quedamos jugando y me divertí mucho.

Después nos entramos a la casa, tomamos once y ya era tarde así es que me puse mi pijama y me quede dormida.

Autor: Karina Bruna González.
Edad: 9 años.
Curso: 40 Básico
Profesora: Teresa Castro Castro.
Escuela: Santa Juana de Lestonnac N°325


«UNA HISTORIA DE NAVIDAD»

Se acercaba la navidad y todos estábamos contentos por la magia de esa fecha. Salimos con mi familia a comprar algunos regalos que aún nos faltaban, como íbamos en auto para llegar más pronto al centro tomamos la Costanera Norte. Pero cuando menos lo imaginamos el auto comenzó a dar pequeños tirones y mi papá comenzó a ir hacia la orilla hasta que se detuvo en plena carretera, nos quedamos en pana dijo y decidió revisar para ver qué pasaba.

Estaba en eso cuando con mi mamá miramos alrededor y encontramos cerca una familia pobre y yo me acerque a los niños para ver si podía jugar con ellos. Les pregunté sus nombres ¿Cómo se llaman? Yo me llamo Antonia y mis hermanos Juan y Pablo. Yo me llamo María José les dije. Comenzamos a jugar y me pareció que fue mucho rato, porque jugamos a las escondidas, a la pinta, hasta hicimos rondas y la estábamos pasando bastante bien.

Cuando mi papá nos llamó para decirnos que había llegado un gentil señor de los que vigilan en las carreteras y le ayudó a hacer andar el auto, me despedí de los tres niños y sus padres, nos fuimos de compras, yo iba muy triste porque quería desearles una Feliz Navidad y no sabía con que.

Le pregunté a mi mamá que podía yo hacer para que esos niños fueran felices.

Mi mamá me dio una gran idea: que les diera de los regalos que trajimos y los compartiera con ellos. Fue entonces que cuando llegamos de vuelta a casa, fui corriendo en busca de papel de regalos con lindos diseños y hermosos colores y junto a mi mamá nos pusimos a envolver un regalo para cada niño. Mi mamá como es tan buena y generosa también envolvió un pancito de pascua y unas galletas y luego le pedí a papá que por favor volviéramos donde
habíamos quedado en pana en la mañana cuando íbamos de compras y le expliqué la razón; entonces mi papá se puso muy contento por lo que yo sentía y de inmediato partimos junto a mi mamá a visitar a los niños con quienes jugué en la mañana.

Cuando llegamos al lugar, allí estaban los tres hermanos jugando felices bajo la atenta mirada de sus padres quienes no los dejaban solos allí tan cerca de la carretera. Fue entonces cuando descubrí que los regalos no son los que nos dan la felicidad, sino el amor de los padres. Bajé del auto corriendo y llamé con entusiasmo a Antonia, Juan y Pablo, les entregué los regalos que les trajimos, ellos estaban muy felices y mi corazón se llenó de alegría después de haber hecho una buena obra.

Papá y mamá me felicitaron porque no me importó quedarme con menos juguetes y por hacer felices a otros niños que necesitaban mucho más que yo.