Ganadores 5º Concurso de narrativa Infantil: Cuenta tu Historia Navideña

Por duodécimo año consecutivo Costanera Norte realizó su tradicional concurso de cuentos “Cuenta tu historia Navideña”, en esta ocasión en conjunto con los establecimientos de la I. Municipalidad de Independencia.

Este año nuevamente se realizó en formato de cuento infantil, donde participaron 11 establecimientos municipales de tercero a séptimo año básico, con una gran convocatoria, recibiéndose más de 90 cuentos.

Desde ya agradecemos la participación de todos los pequeños cuentistas…Y felicitamos a los ganadores!

Categoría 3º y 4º Básico

1er Lugar

El árbol de Navidad

Lía miraba el árbol anonadada. Siempre le habían gustado los abetos pero nunca se había parado tan cerca de uno. Estaba feliz porque finalmente su padre se había decidido a sembrar uno en el jardín. El árbol extendía sus brazos como queriendo abrazar el mundo y ella sentía que a su lado siempre podría estar a salvo, y soñaba con que crecerían juntos y serían amigos para siempre.

Una tarde, cuando Lía regresó del colegio, el árbol había sido talado. Junto al hogar del salón se hallaba un trozo de él, su verde copa enterrada en un cajón de madera y llena de adornos y luces. Su padre la recibió con una gran sonrisa y le dijo: “Este año tendremos el mejor árbol de navidad del lugar, hijita”. Lía salió corriendo y se encerró en su habitación. Durante días su padre intentó comprender qué le ocurría; ella no sabía cómo expresarlo. Finalmente le dijo que no le gustaba cómo se veía con las luces, que lo prefería en el jardín, con sus ramas llenas de pajaritos. Su padre le dijo que los abetos se compraban para ser talados en Navidad y armar el árbol, pero Lía, que era una niña muy inteligente, le respondió que le daba igual lo que él y el mundo pensara, que ella sabía que los abetos eran criaturas maravillosas y que no era justo que se las considerara meros objetos navideños.

La tristeza de la niña se calmó cuando unos meses más tarde comprobó que el tronco talado tenía nuevos y verdes brotes. Durante un largo tiempo estuvo mimándolo y ocupándose de que las hormigas no lo convirtieran en su sustento para el invierno. Llegó nuevamente la Navidad y el abeto estaba rebosante de vida. Esta vez Lía se movió más deprisa que su padre y llevó los adornos y las luces al jardín. Cuando su padre vio lo que su hija había hecho, un precioso árbol vivo y navideño, se sintió orgulloso de ella y le prometió que nunca más talaría el abeto.

A partir de ese año, el árbol fue el gran protagonista de las navidades familiares; en torno a él bailaban y cantaban todos los humanos, uniéndose al coro de pajaritos y lombrices que vivían en su enorme copa.

Autor: José Palomino
Edad: 9 años
Establecimiento: Anexo Liceo Pdte. J. M. Balmaceda
Curso: 4°A
Profesora: Nathalie Astorga

2do Lugar

La mascota de Santa Claus

Había una vez un perrito que su familia lo abandonó, el perrito habitaba en la calle revisando la basura. El perrito veía a las familias con sus mascotas por las ventanas y recordaba a su familia; pasaron los meses y el perrito seguía muy triste.

El día de víspera de Navidad, el perrito divisó por la ventana de su casa un gran pavo en la mesa, y le hizo recordar las navidades que pasaba junto a su familia, veía a los niños que abrían sus regalos, pero esa noche escucha una voz muy suave que le decía «Ven, lindo perrito». Era la esposa de Santa Claus y tomó al perrito, lo bañó, le dio comida, le dio abrigo y desde ese día es la mascota de Santa Claus y su esposa. Santa Claus lo quiso llamar Ayudante de Santa. Él como ayudante acompañaba a Santa Claus cuando era Navidad, Santa Claus les entregaba regalos a los niños y Ayudante de Santa les daba regalos a los perros desamparados, también cuidaba a los renos y los regalos que pedían los niños antes de Navidad. Se hizo amigo de todos los duendes y también del hombre llamado Mauricio.

Él les daba las sobras de la comida a todos. Ayudante de Santa por fin supo qué era ser querido y tener una familia que lo adoraba, que lo hiciera feliz. Él fue muy fiel con todos, nunca dejaba de ayudar a Santa Claus, lo llamaban para compartir en familia y él llegaba de inmediato. Al paso del tiempo olvidó a su ex familia, siempre estuvo feliz y jamás lo dejaron solo, pero a veces se quedaba solo no porque lo abandonaran sino porque Santa tenía que repartir felicidad a los niños del mundo.

Autor: Alejandra Vera Mella
Edad: 10 años
Establecimiento: Escuela Luis Galdames
Curso: 4° básico
Profesor Jefe: Juan Soto
Profesora Co-docente: Ivonne Gutiérrez

Mención Honrosa

El deseo de Rolando

Había una vez un cerdito que se llamaba Rolando, el cual vivía en una granja muy bonita junto a sus hermanos y padres.

Durante ese año no había llovido nada, no había caído ni una gota, era un año muy seco.

Ya se acercaba la Navidad y Rolando tenía un deseo para ese día: un gran charco de lodo. Para cumplir su deseo le escribió una carta al Viejito Pascuero en la cual lo único que pedía era que cayera un poquito de lluvia y formar su charco de lodo.

Rolando pidió con tanta confianza que lloviera que su deseo se cumplióy por fin, después de mucho tiempo sin llover, la granja se llenó de agua y así Rolando pudo disfrutar y jugar con sus amigos y hermanos en el charco de lodo más grande del mundo.

Autor: Ignacio Gatica Torrejón
Edad: 9 años
Establecimiento: Anexo Liceo Pdte. j.m.Balmaceda
Curso: 3°A
Profesora: Doris Barros Rojas

Mención Honrosa

El regalo más deseado

Héctor es un niño como cualquier otro, desde la Navidad pasada ya sabía qué regalo pediría para la próxima Navidad, todo el año cumplió con todo lo que se le exigió, sacó buenas notas en el colegio, su conducta estuvo excelente, ayudó en su casa a sus padres, fue a misa, limpió el patio, hasta comió lo que más odiaba: las verduras.

Estuvo todo el año mirando por internet su linda Xbox one, negrita, con dos controles, Kinect y su suscripción correspondiente, ya la veía en su pieza jugando con sus amigos. “¡Oh qué linda!”, pensaba, y pensaba en ese día con su regalo.

Pero una llamada inesperada cambiaría todo. Avisaron que su abuelita tuvo un accidente y que debía ser operada de urgencia. Héctor, que la ama mucho, se acordó de lo que ella siempre le decía: «Si miras al cielo y pides algo que deseas con todo tu corazón, Dios te lo concederá.” Entonces pensó y dijo: “Dios, no quiero la Xbox, quiero a mi abuelita para Navidad”. Y este fue el mejor regalo que recibió.

Autor: Héctor Celis
Edad: 9 años
Establecimiento: Anexo Liceo Pdte. J. M. Balmaceda
Curso: 4° básico
Profesora: Nathalie Astorga

Mención Honrosa

Una Navidad lejos de ti

Había una vez una niña llamada Catalina. Ella vivía sólo con su mamá. Para Navidad ella estaría trabajando y no podría celebrar con ella, por eso viajaría donde sus abuelos a pasar la Navidad. Catalina tuvo que viajar sola, iba muy triste, se sentía muy mal y nerviosa porque extrañaba a su mamá. Sus abuelos la recibieron muy contentos, la querían mucho y la hacían sentirse muy bien; pero Catalina extrañaba a su mamá y por las noches lloraba por su lejanía.

Una noche su abuelita la escuchó rezar pidiéndole a Diosito que el regalo más hermoso que ella podría recibir sería a su mamá. Su abuelita llamó a su hija y le contó lo que sucedía.

Era 24 de diciembre y Catalina, mientras abría sus regalos, sonó el timbre,fue a abrir y vio a su mamá en la puerta. No lo podía creer, la abrazó muy fuerte, le dijo “Mamá, te amo” y agradeció a Diosito por el mejor regalo de su vida.

Autor: Sharon Loaiza
Establecimiento: Cornelia Olivares
Curso: 4° básico
Profesora: Joyce Navia

 

 

Categoría 5º, 6º y 7º Básico

1er Lugar

Cristales de felicidad

Cada año miles niños de distintas partes del mundo esperan con ansias el 25 de diciembre, día en el que ellos desean obtener todo lo que quieren en sólo una noche. Para algunos es celebración familiar, pero para otros es sólo ver las ventanas de las casas de los demás. Éstos sólo sienten desesperación sin saber lo que es ser feliz, ya que sólo sienten pobreza al ver que algunos consiguen nuevos amigos. Teniendo en cuenta que en la Navidad los niños sólo se preocupan por los regalos, algunos empezaron a considerarlo algo infantil. Claro, algunos piensan que sólo son celos, pero ellos saben que en la Navidad la minoría se preocupa por la pobreza, y un ejemplo de aquello es que nadie invita a cenar a su casa a un pobre. Y lamentablemente son los pobres los que ven por la ventana a los niños abrir sus regalos y se dan cuenta que ningún niño les regalaría alguno de sus regalos, pues todos el 25 de diciembre piensan en sí mismos, así que también algunos lo consideran un día del diablo (irónicamente se celebra el cumpleaños de Jesús). En fin, y cada año estos mismos pobres seguirán viendo felicidad por las ventanas de las casas de los demás y ellos seguirán siendo despreciados por la sociedad viéndose como los que duermen en las calles, comen basura y andan por las calles diciendo “una monedita”. Y ellos saben que nadie de la “clase alta” les dará algo, mucho menos en Navidad.

Lo extraño es que Jesús no era el más adinerado que digamos, por eso es extraño que los ricos o de estatus social alto lo celebren. Tal vez Navidad era la fiesta de los pobres y lo cambiaron. Nadie ahora mismo puede responder eso, tal vez de ahí salió la famosa frase “dar antes de recibir” aún más famosa en las tardes de Navidad, o tal vez algún día los pobres se rebelarán y crearán alguna especie de huelga en contra de la famosa Navidad. Claro, probablemente nadie les haría caso por ser unos vagos sin trabajo, pero ellos saben que alguna tarde se formará su Navidad en la que ellos tengan una cena sólo y exclusivamente para ellos, sin nadie que les diga vago o clase baja. En sus regalos podría ir un lugar donde ellos vivan solos y claro, en su estadía tendrían que obtener un trabajo para su apoyo económico y obtener dinero para ya no ser de la supuesta clase baja; y aunque algunos se vayan, sigan yendo cada 25 de diciembre a celebrar con los que antes eran sus compañeros, y quien era de la clase baja pase a clase media y tal vez hasta clase alta; y tal vez los que antes eran de mayor clase sientan lo que es ver felicidad solamente a través de una ventana.

Autor: Rafael Canelo
Edad: 11 años
Establecimiento: Liceo San Francisco de Quito
Profesora: Roxana Silva

2do Lugar

Una Navidad diferente

Esta es no es como las típicas historias de Navidad, esta se trata de cómo se creó la Navidad y la noche de Halloween.

Hace muchos, pero muchos años atrás la Navidad no era como ahora, no existía la felicidad de estar con la familia y compartir, era triste, hasta daba miedo. Santa Claus, Viejo Pascuero o Noel no existía, aún en vez de Santa Claus existía una persona extraña, tenía cara de calavera, cuerpo de humano, pelo de fuego y era alto, se llamaba Belfegor. Era un poco malo, él no entregaba regalos comunes, entregaba bromas como: murciélagos, serpientes, para asustar a los niños buenos. Pero no siempre entregaba regalos de broma, también entregaba regalos buenos a los niños malos que hacían travesuras: les daba dulces, disfraces, máscaras y pociones que transformaban a los niños buenos en mutantes extraños, pero no duraba mucho el efecto.

Un día Belfegor quería a un ayudante, no podía con tantos niños buenos, él quería volverlos malos, pero para eso necesitaba ayuda; era un proyecto grande así que decidió hacerlo después. De repente se le ocurrió un arbolito para entregar los regalos con decoraciones como serpientes, cabezas de calabazas y calaveras.

Días después decidió hacer el proyecto, y empezó haciéndolo en una caldera con pociones de maldad, pero no mucha para que no fuera más poderoso que él, pero empezaron los problemas. Entró a la habitación un gato negro que siempre vigilaba a Belfegor. El gato negro se llamaba Kiki, y mientras Belfegor no veía, Kiki vio lo que estaba haciendo Belfegor, así que Kiki decidió hacerlo bueno, así que puso en la caldera pociones del bien: muérdago, tinta de color rojo, negro y blanco. Entonces salió del caldero una persona igual que Belfegor, con cara de calavera, solamente era más bajo que él, tenía ropa negra, roja, y pelo blanco. Belfegor lo bautizó Tyson. Belfegor no se dio cuenta que Tyson era bueno, así que al día siguiente decidió hacer las entregas de siempre, Tyson reclamó: “Esto me parece mal, deberíamos darles a los niños buenos regalos y a los niños malos no”. Dijo triste, y Belfegor le dijo: “Cállate, se suponía que tú serías mi ayudante malvado” le dijo enojado. Tyson dijo: “Pues no lo soy gracias a Kiki”. Belfegor se enojó tanto que le dijo: “Esto es la guerra” Tyson le dijo: “Pues a pelear”.

Unos días después de que se prepararon empezaron a luchar, Belfegor le lanzaba pociones, Tyson no sabía muy bien cómo defenderse así que estaba a punto de rendirse pero se dijo a sí mismo “No puedo rendirme, tengo que cambiar al mundo”. Kiki vio que estaba muy débil así que lo ayudó dándole una poción, pero no ayudó mucho. Kiki dio un grito de furia así atrajo a los niños buenos, ellos le daban esperanzas a Tyson, esa esperanza le daba fuerzas para seguir peleando. Kiki lo ayudó un poco así que saltó en la cara de Belfegor para que Tyson le pudiera lanzar otra poción, así que lo hizo, pudo derrotarlo, quedó muy débil. Tyson le ofreció ayuda y Belfegor débil aceptó y le preguntó “Por qué me ayudas?” y Tyson le dijo esperanzado “Porque tú me diste la vida” y Belfegor triste aceptó la ayuda, los niños bautizaron a Tyson como Santa Claus, así que Santa decidió hacer su festividad en diciembre, pero no quería que se perdiera la festividad de Belfegor así que decidieron que fuera menos cruel, que los niños se disfrazaran y pidieran dulces, si no se los daban hacían una pequeña travesura, así que aceptó, Belfegor decidió no interrumpir en nada de las celebraciones así que decidió que su alma estuviera en un libro en el que lo podía invocar solamente el niño más malvado de todos, así que Santa aceptó todo lo que decidiera, y así fue como se inventó la Navidad y el Halloween…

Autor: Isabella Montaño Robayo
Edad: 13 años
Establecimiento: Anexo Liceo Pdte. J. M. Balmaceda
Profesora: Elizabeth Migone Zamorano

Mención Honrosa

Ponte en su lugar

Se acercaba la Navidad y el jefe de una tienda solía despreciar la Navidad, por cierta razón desconocida.

Cuando por fin llegó la Navidad, su empleado, llamado Jonathan, pidió el día libre, pero su jefe en forma de desquitarse con él no le cedió el permiso. Jonathan estaba muy triste por no poder estar con su familia.

Ese mismo día, un angelito pasó por la casa por donde se hallaba el jefe, (al cual le llamaban: el flaco), el angelito llamó su atención y le dijo:

– ¡Hola! ¿Cómo estás? – a lo que el flaco respondió: – ¡Hola! ¿Bien y tú?
– La verdad es que mal, porque desde el cielo he visto cómo trataste a

Jonathan y no me parece que un día como hoy él tenga que trabajar.

– ¿¡Y A MI QUÉ ME IMPORTA!? – Dice con mucha rabia.
– Debería darte importancia, ¿sabías que tiene un hijo con cáncer?
– Pero…
– Pero nada, él todo el dinero que gana lo ocupa para la quimioterapia, sabías!?
– No – dice apenado.
– Pues espero que esta conversación te haya abierto los ojos.

En minutos… El flaco baja las escaleras y llama a Jonathan a su oficina
– Hola – (bosteza del cansancio)
– ¿Me llamaba?
– Sí, puedes retirarte.
– Pero, ¿qué le hizo cambiar de parecer?
– Es una larga historia…

Moraleja: a veces hay que ponerse en el lugar del otro.

Autor: Isabel Pita
Curso: 5º básico
Establecimiento: Cornelia Olivares
Profesor: Luis Fuentes

Mención Honrosa

La Navidad de Mario y María

Había una vez un niño que se llamaba Mario y su hermana María. Se venía la Navidad y justo al papá lo habían echado del trabajo y los niños eran buenos para pedir regalos. Por esos días la niña había pedido una muñeca que cuando se levantaba abría los ojos y el niño había pedido la última consola de Play Station con cuatro juegos y dos mandos para jugar con el papá, pero todo eso valía un millón de pesos. Pasaron los días y el papá no lograba conseguir trabajo, hasta que en una tarde ocupó la computadora y una cámara y se creó un canal de Youtube que se llamaba “Con los locos”. Primero grabó a una graciosa caída de su hijo en bicicleta, con el cual consiguió 10 me gustas y 12 suscriptores.

En el segundo video grabó a su hija haciendo la botella challenge y con esa publicación consiguió 111 mil me gusta y 17 mil suscriptores. Con los días llegaron varios periodistas a su casa y le regalaron una mejor cámara y un mejor computador para que siguiera haciendo videos, y fue así como el papá de Mario y María se convirtió en pocos días en un famoso youtuber y con eso pudo comprarles los regalos que querían sus hijos y pasaron una feliz Navidad.

Autor: Martín Paredes
Edad: 10 años
Establecimiento Liceo San Francisco de Quito
Profesora: Roxana Silva

Mención Honrosa

La felicidad en Navidad

Dos días antes de Navidad, un niño llamado Nicolás jugaba afuera con sus amigos a la pelota; al rato, sus padres lo llaman para almorzar. Nicolás quería mucho a su padre y siempre le obedecía, aunque, a veces peleaban. Al terminar de almorzar el padre se fue a trabajar y el niño se quedó con su madre.

Su padre no volvió en todo el día. En la tarde llegó un hombre a su casa y le informó que su padre murió en un accidente de tránsito. Nicolás se entristeció mucho y lo fueron a ver por última vez. Al verlo los dos lloraron y el niño vio algo en la chaqueta de su padre. Era un regalo. El niño a partir de ahí, debajo del árbol, deja el regalo de su padre para que siempre esté con él.

Autor: Víctor Arroyo
Edad: 13 años
Establecimiento: Liceo San Francisco de Quito
Curso: 7º básico A
Profesor: Esteban Fernández