Costanera Norte por décimo año consecutivo realiza un concurso navideño en conjunto con los establecimientos de la I. Municipalidad de Renca.
Este año correspondió a su segundo concurso de cuento infantil ilustrado, donde participaron 11 establecimientos de educación básica, cursos de 3º a 7º básico.
Felicitaciones a los ganadores!
1er Lugar
Descubrí al Viejito Pascuero
Cuando faltaba una semana para que llegara la Navidad del año 2007, recuerdo con nostalgia haber salido con mis padres en busca de ropa a un local comercial cerca de la plaza. Todos en esa fecha quieren lucir bien, nosotros a pesar de nuestra situación no queríamos ser la excepción.
Había llegado el día soñado, quien puede decir lo contrario, siempre esperamos con alegría y esperanza esas fiestas. Nos arreglamos, cenamos, conversamos un rato alrededor del árbol de Navidad y mis padres me recordaron que era hora de dormir, de lo contrario no vendría el «Viejito Pascuero». Al rato después, desperté y sorprendí a mis papás conversando acerca del sentido de la Navidad. Me acerqué al árbol y me di cuenta que no había ningún regalo. Me dio mucha pena y cuando fui a avisar a mis padres, descubrí a mi papá colocándose el traje de pascuero. En un principio que desilusión, lloré, me enojé y pensé no creer más en el viejito pascuero. Mis padres con mucha sabiduría lograron hacerme entender el sentido verdadero de la Navidad.
Finalmente comprendí todo lo que se esforzaban mis padres porque yo mantuviera la ilusión y pasara una linda Navidad. Desde ese momento me convencí que el viejito existe en cada corazón de un padre.
Nombre: Bastián Camilo Cid San Martín
Curso: Sexto año Básico C.
Escuela: Domingo Santa María González
2do Lugar
Un regalo de Navidad
En una pequeña ciudad llamada Las Lilas había una sola tienda que vendía árboles de Navidad. Allí se podían encontrar de todos los tamaños, formas y colores, y el dueño de la tienda había organizado un concurso para premiar al árbol mejor decorado del año.
Todos los niños de la ciudad querían ser premiados y acudieron a la tienda a comprar su arbolito. Por su parte, los árboles se emocionaban al ver a los niños y decididos a ser el elegido les gritaban: iA mí … a mí … mírame a mí! Unos decían ¡a mí que soy grande! Otros ¡a mí que soy de color blanco!, se oía en toda la tienda. Pasando los días, fueron quedando muy pocos y sólo se escuchaba la voz de un arbolito llamado Amaro que decía ¡A mí … a mí … que soy el más chiquito!, todos lo miraban pero nadie lo compraba, ya que no reluciría tanto como sus demás compañeros, altos y elegantes. En el día de Navidad Amaro se sentía muy triste ya que nadie lo había escogido a él y de pronto se escucho abrir la puerta de la tienda y entran por ahí una familia muy humilde, que juntó peso a peso para comprar un arbolito de Navidad para sus hijos, y al ver que quedaba uno solo, se llenaron de emoción y se lo llevaron,
Amaro se sentía muy alegre ya que por fin tenía una familia que lo decoraría y participaría en el concurso. El día 24 de Diciembre a las 12 de la noche se llevó a cabo la elección, todos estaban allí los árboles grandes, los altos, los blancos, los verdes, los con muchas luces, etc. y entre ellos Amaro con su decoración de material reciclado ya que sus dueños no tenían dinero para
comprar grandes luces ni adornos. El jurado comenzó a revisar todos los árboles y después de un momento tomaron la decisión, el ganador había sido Amaro por su sencilla y hermosa decoración, la familia estaba muy feliz porque el gran premio era una cena de navidad y regalos para los niños, regalos que ellos nunca hubiesen podido comprar. Amaro se paró frente a sus pares y les
dijo: no importa la elegancia y el dinero que utilicen para decorarnos, sino el amor que la gente pone en nuestras decoraciones, especialmente en Navidad, ya que el nacimiento del niño Jesús nos llena de alegría en nuestros corazones.
Nombre: Dafne Alondra Salas Correa
Curso: Sexto año «C»
Escuela: Isabel Le Brun N°316
Mención Honrosa
La mejor Navidad del mundo
Había una vez un niño, llamado, Izan, él era el menor de 4 hermanos y era el que esperaba más ansioso la Navidad, marcaba los días en un calendario, al pasar de los días se daba cuenta que ya no quedaba mucho y su mamá se estaba dedicando a decorar con adornos hermosos toda la casa, y el jardín, la casa se veía preciosa.
El día de la Navidad llego, toda la familia estaba festejando unida, ya que su padre decía que lo principal era estar todos juntos, e Izan estaba feliz, cenaron juntos, cantaron algunas canciones navideñas, abrieron los hermosos regalos que se habían hecho entre ellos mismos, y terminaron con un gran abrazo familiar, cada uno de los pequeños se fueron a dormir a sus camas, ya que estaban muy cansados de la linda noche que habían pasado como familia. De pronto escucho un ruido muy extraño y escandaloso, se levantó de su cama y en silencio fue a la cocina y se encontró con el viejito pascuero, que después de haber recorrido muchas, muchas casas entregando alegría, tenía mucha hambre, Izan sorprendido, le dijo; ¿tú, tú, tú, eres el viejito pascuero? Si le contesto él, y tengo mucha hambre, me podrías dar algo para comer, Izan le dijo; ¡Claro! Y le sirvió un vaso de leche y un sándwich con queso, comieron y conversaron por largo rato, cuando de repente, el viejito pascuero le dice: Izan como yo ya conocí tu casa, te gustaría conocer la mía, no sabía que decir, por unos segundo se quedó callado, cuando de pronto le salió la voz con un gran Siiiiii, y partieron en el trineo del viejito pascuero, rumbo al polo norte, Izan no hablo en todo el camino, y cuando llegaron a la casa, él se dio cuenta que más que una casa, con muebles y sillones, era una fábrica llena de máquinas gigantes, con muchos, muchos duendes trabajando en ellas, y cuando lo vieron entrar, todos se acercaron a saludarlo y abrazarlo, Izan estaba feliz, pero, no le salía la voz. Los duendes felices de tenerlo ahí, comenzaron a mostrarles todos los juguetes, que ellos fabricaban, y estuvo toda la noche jugando y riendo. Cuando comenzó a amanecer, Izan les dijo debo irme a mi casa, los duendes tristes lo abrazaron muy fuerte, y el viejito pascuero lo llevo rumbo a su hogar, lo único que decía Izan era, GRACIAS,
GRACIAS, GRACIAS … Cuando llego a su hogar, silencioso entro a su pieza y se durmió. Cuando la mamá lo fue a despertar Jesús no quería, ya que tenía mucho sueño, a los minutos, Izan despierta y le dice a su madre; Mamá tuve un hermoso y mágico sueño.
Nombre: Izan Martínez Díaz.
Curso: 3° Básico
Escuela: Capitán José Luis Araneda
Mención Honrosa
Una Navidad mágica
Una niña llamada Alicia vivía junto a sus padres y su hermano, ella amaba la Navidad, pero sufría mucho, porque su hermano no le interesaba esta fiesta, para él todo era una farsa, sólo era el gusto de hacer regalos y nada más.
Se acercó al pesebre de su casa que estaba puesto bajo un pino que adornaban junto a sus padres en el jardín. Pensando qué hacer para que su hermano cambiara de pensamiento, en ese momento escuchó entre las ramas un pequeño piar. Comenzó a guiarse por el sonido y encontró dos tórtolas. Las cogió suavemente y las llevó al interior de la casa, les dio de beber y las
alimentó, luego se acostó, las dejó junto a ella en una cajita de zapatos y se durmió.
Soñó que estas dos tortolitas la llevaban a un mundo mágico, lleno de nieve, con una hermosa casa en donde trabajaban muchos duendes, construyendo juguetes de muchos colores. Ellos al ver a la niña le preguntaron qué quería y ella les respondió:»quiero que mi hermano crea en la Navidad» .Los duendes al escucharla se miraron y le contestaron, «sólo el amor puede hacer realidad tu pedido».
Al día siguiente ella despertó y corrió a la pieza de su hermano, lo abrazó fuertemente y le dijo: «yo soy tu hermana y te quiero mucho, sólo quiero que seas feliz». El hermano no comprendía porque había recibido aquel abrazo de su hermana, pero también quiso abrazarla y decirle que él también la quería. En ese momento entraron al dormitorio los padres, que llevaban en una bandeja el desayuno para los niños, al ver esta escena les dijeron: «esta es la mejor Navidad, ver a nuestros hijos abrazados, nos sentíamos muy preocupados porque este año no tenemos regalos».
Pero papá ,mamá respondió la niña lo más importante no son los regalos, lo que importa es que nos tenemos a todos nosotros y nos amamos.
En ese momento se acordó que tenía las dos pequeñas tórtolas en la cajita de zapato, y que debía alimentarlas, fue a mirarlas y no las encontró. Pensó que ellas habían vuelto al pino y fue al patio a buscarla, pero no estaban en el pino y al mirar el pesebre se dio cuenta que en el pesebre habían dos pequeñas tórtolas talladas en madera junto a la imagen del «Niño Dios».
Nombre: Millaray Anriquez Álvarez
Curso: Cuarto año A
Escuela: Juana Atala de Hirmas F 330.
Mención Honrosa
La lección aprendida
Todo comenzó el 24 de Diciembre cerca de las doce de las doce de la noche. Toda mi familia esperaba con ansias los regalos, incluso cenamos súper rápido sin siquiera hablar entre nosotros.
Llegó la hora y fuimos a abrir los regalos, pero nos dimos cuenta que había un solo regalo bajo el árbol de pascua y éste no tenía nombre. Nos abalanzamos todos a ese regalo, nos empujábamos y gritábamos ¡es mío, es mío!
De repente sentimos una voz muy grave, la voz de papá, que decía: Esto no significa no la navidad, les puse una prueba y ustedes no la pasaron, Navidad es AMOR, PAZ, ARMONIA, FAMILIA.
Nos quedamos mudos reflexionando sobre las palabras dichas por él y comprendimos lo mal que habíamos actuado.
Desde ese día mi familia permanece más unida que nunca, porque aprendimos una gran lección.
Nombre: Vicente Javier Palacios Mancilla.
Curso: Cuarto año Básico A.
Escuela: Domingo Santa María González
Mención Honrosa
Los calcetines mágicos
Era un día como cualquier otro para Alma, una joven de 14 años que debía trabajar para sostener a su familia compuesta por su hermanito Germá y su hermana Anima, ella estaba preocupada porque quería darles un regalo en noche buena, pero no podía debido a su situación económica. El pequeño Germán regresaba del jardín junto con Anima y se encontró unos calcetines casi nuevos, rojos como los de Santa Claus, los vio tan llamativos que los guardó sin decirle nada a su hermana, Germán fue bañado y acostado en la cal’ a que compartían, Alma se sentó a coser en el sofá aliado de la puerta ya que no tenían chapa, al llegar las 23:00 horas, se quedó dormida, Germán era el único despierto a esa hora … se levantó y se acercó a su bolsito del cual saco los calcetines, los colgó con mucha ternura y dijo: Esto es del viejito yo lo sé … Luego se fue a dormir. Al llegar las 00:00 en cada hogar del sector se encendieron las luces y apareció la cena servida para la familia … Alma, Ánima y Germán, se despertaron y vieron la hermosa ce a, no se explicaban como el pequeño dijo: -Fue el viejito pascuero y sus calcetines mágicos … Los tres se sentaron en la mesa y compartieron muy felices, fue entonces cuando se dieron cuenta que el amor y unión de la familia es más importante que lo material. Lloraron y rieron de alegría y agradecieron a Santa Claus. A la mañana siguiente cuando despertaron vieron un hermoso árbol adornado con guirnaldas y los calcetines con sus nombres bordados, esto hizo muy feliz a Germán ya que siempre lo había soñad ,luego de esto los tres hermanos se abrazaron sinceramente. De repente un ruido los perturbó, provenía de la ventana, curiosos se acercaron y de repente vieron a Santa Claus volando con sus ocho renos, Germán muy contento empezó a llamarlo, él miró y le saludó gritando:
-Feliz navidad a todos.
– Feliz navidad respondieron a coro.
No podían creer lo que habían visto, se abrazaron fuertemente dando saltos de alegría, no pensaron nunca que esta navidad sería tan diferente. Luego riendo se devolvieron a la mesa donde comían y agradecieron a Dios todo lo que tenían en ese momento.
Nombre: Romina Belén Malverde Castillo.
Curso: Sexto año «B»
Escuela: Isabel Le Brun N°316
Mención Honrosa
Una navidad espectacular
Había una vez una niña llamada Catalina que vivía junto a su padre ya que su madre había muerto, vivían en un barrio muy humilde y su padre se dedicaba sólo a ella.
Una noche de tantas noches que salían juntos a ver las estrellas, Catalina vio una estrella muy cerca, hermosa y brillante como el sol y le dice a su padre: ¡Mira padre que hermosa estrella, tan cerca y tan hermosa!
Piensa que era su madre que la estaba saludando desde el cielo. Muy contenta se fue a dormir ya que faltaba poco para navidad pero ella aún no lo sabía.
Un día Catalina estaba jugando en su escuela y escuchó que los niños estaban conversando sobre la navidad y se preguntó: ¿Qué es la navidad?
Poco después averiguó de que se trataba y que día sería (preguntándole a vecinos, amigos del colegio y del barrio), algunos decían que los regalos eran importantes y otros la comida. Después Catalina le pregunto a su padre y el le respondió:
Lo más importante es-estar en familia, en nuestro caso es estar juntos yo y tú.
A Catalina esta respuesta fue la más valiosa.
Faltaba muy poco para navidad y hubo una sorpresa, en su casa había un árbol muy grande, su padre lo compró y los dos juntos lo decoraron con gran entusiasmo y con una sonrisa muy grande ya que en la mañana sería navidad.
Finalmente se acostaron y Catalina tuvo un sueño hermoso, soñó con su madre que le deseaba una feliz navidad. Catalina cuando despertó era de noche todavía fue a ver en la ventana y vio que debajo del arbolito había muchos regalos. Catalina estaba feliz y fue a despertar a su padre. Su padre le preguntó:
¿Quién los trajo?
y Catalina respondió:
– los trajo mi madre
Su padre quedo impactado y le dio un fuerte abrazo a Catalina y le deseo una feliz navidad ya que en el cielo estaba su madre viéndolos.
Nombre: Siomara Magdalena Becerra Maldonado.
Curso: Sexto año «C»
Escuela: Isabel Le Brun N°316